Saber de vino: entenderlo mejor

Para disfrutar del vino no hay que ser un experto. Aunque cuanto más aprendemos de algo, más lo disfrutamos, ¿verdad? 
Por eso, queremos dar algunos datos que consideramos importantes sobre el vino:

Hay muchos ‘vinos’ en el vino: Cualquier paladar puede notar diferencias muy notables entre diferentes tipos de vino, en función de la variedad de uva, el clima donde se cultivó, el saber hacer de la bodega, etc.

Maridar vino y comida: Combinar bien el vino con la comida es todo un arte, pero eso no debe echarnos atrás. Lo mejor es aprenderlo con la práctica. La idea es que los sabores del vino y la comida se refuercen, en lugar de ‘contrarrestarse'.

Catar un vino: No hace falta ser un experto para catar un vino, es suficiente con aguzar nuestros sentidos para captar mejor sus características, y tratar de describírnoslas a nosotros mismos (con nuestras propias palabras si hace falta). Poco a poco iremos distinguiendo más y más cosas. 

Escoger el mejor vino: No siempre el vino más caro es mejor. Comprar un vino caro nos asegura cierta calidad, pero no siempre es la mejor opción. Depende mucho de nuestros gustos y de la situación en que lo vayamos a consumir. Por eso es importante cultivar nuestro propio criterio a la hora de valorar un vino.

¿Qué tipos de vino hay?

Vino tranquilo: Tinto, blanco o rosado. Sin burbujas y con menos de 15º de alcohol.

Vino espumoso: Cava, Champagne y otros. Obtienen las burbujas gracias a una segunda fermentación en botella.

Vino gasificado: Incorporan gas artificialmente, como un refresco. Por ejemplo, el Lambrusco.

Vino licoroso o generoso: vinos de más de 13º 0 14º de alcohol, a muchos se les añade más alcohol. Suelen ser dulces (moscatel, Pedro Ximénez, Oporto, etc.), pero también los hay secos (fino, manzanilla, amontillado, oloroso, etc.).

Temperatura de servicio del vino

El vino tinto entre 16º y 18º C. Si la temperatura ambiente es superior... tendremos que enfriarlo en una cubitera con hielo y agua.

El vino blanco entre 12º y 16º C. Consérvelo en la nevera, y sáquelo un poco antes de consumirlo (luego se calienta rápido).

Los espumosos, a unos 8º. Recién salidos de la nevera y mantenidos en cubitera con mucho hielo.

Vinos generosos o licorosos se sirven aún más fríos. A 5º o 7º si son secos, y a 4º o 5º si son dulces.

4 elementos que impactan en la calidad del vino

La tierra: El suelo aporta características específicas al vino.

El clima: Cuanto más cálido, más potente será el vino, y tendrá más cuerpo y más alcohol. Y cuanto más frío, más ácido y refrescante.

El varietal o tipo de uva: La variedad de uva es fundamental a la hora de determinar el carácter de un vino. Para entender mejor el mundo del vino es necesario pensar también en términos de varietal. 

La elaboración: Una vez obtenida la uva, el saber hacer del enólogo es determinante para obtener un vino de calidad: la temperatura de fermentación, el proceso de filtrado y clarificación, la posible mezcla de varietales, el tipo de barrica utilizada para la crianza, etc.

Crianza y evolución del vino: 
En la barrica de roble el vino obtiene taninos y aromas de la madera, que le dan mayor complejidad. Además, la madera tiene pequeños poros que dejan pasar oxígeno, con lo que el vino también va envejeciendo. Sólo los vinos con mayor estructura y concentración pueden aguantar periodos largos de crianza. 
En la botella, el vino se redondea y perfecciona. Después de unos 5 o 10 años en botella (en función del vino) el vino llega a su mayor grado de calidad, luego la calidad del vino empieza a decaer lentamente.

 

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